Los chicos tratan de creer la explicación que les acaba de dar Joel sobre su repentina curación. Tratan de asumir que las leyendas sobre hombres lobo que llevan escuchando toda la vida, no son cuentos de viejos del pueblo. Sin embargo, Ricky lo tiene claro, sea lo que sea Joel, ha salvado su vida y la de su hermana. Le apoyará en lo que sea. Poco a poco todos se van convenciendo y son conscientes de que esto no puede salir a la luz. Sin embargo, Leire no confía en que alguien revele el secreto de Joel y está preocupada porque intenten matarle. Joel, por su parte, no piensa esconderse más. Por fin tiene lo que quería, una vida normal, con amigos que saben lo que es en realidad y en los que puede confiar.
En el cuartel investigan qué ha podido pasar para que cientos de pájaros cayeran muertos del cielo, de repente. Mientras, Ernesto no puede vencer la tentación de aparecer por el cuartel a curiosear. Sara ha recibido una llamada anónima en la que le advierten que “vigile a los pájaros”. Un mensaje en clave que más tarde cobrará sentido y para el que será de vital importancia que Ernesto se haya inmiscuido en el asunto.
Están evacuando el instituto por amenaza de bomba, algo bastante habitual cuando se acerca la época de exámenes. Pero esta vez, para sorpresa de todos, parece que la amenaza no era ninguna gamberrada. En una mochila, bajo la escalera, han encontrado un artefacto explosivo y, según indica su contador, sólo tienen 13 minutos antes de que explote. No es tiempo suficiente para que lleguen los artificieros, así que la bomba explotará, el problema es que Leire y Joel, convencidos de que era una falsa alarma, están en la sala de danza y Raúl, que ha escuchado voces, ha vuelto a entrar al instituto en busca de los rezagados. Mientras todos están preocupados por desalojar el instituto, alguien entra el cuartel, golpea a Basilio y se lleva los pájaros muertos que tenían como pruebas. Sara, cada vez está más convencida de que la aparición del hombre dentro de la cripta, los desmayos de la gente en la plaza del pueblo, el incendio del Huerto del Moro y los pájaros que caen del cielo no son fenómenos sobrenaturales y que todo está relacionado.
Olivia vuelve al pueblo porque su madre, Elvira, madre también de Raúl, está a punto de morir. Raúl decide visitarla y se arrepiente de haberla dejado de lado cuando comenzó con sus historias sobre hombres lobo. El teniente le confiesa a su madre que él también vio a la bestia. Elvira, en su último aliento de vida, le revelará un secreto aterrador y de vital importancia para conocer todo lo que está ocurriendo.