¡Metin, dispuesto a acabar con su vida!: ¡Se apunta con una pistola ante Ilgaz que le ruega que no lo haga!

Desde que apareció el cadáver de Zafer, Metin ha hecho todo lo posible por encubrir a su hijo Çinar. Cambió el arma del crimen e intentó culpar a un antiguo compañero de trabajo que le había hecho mucho daño en el pasado. ¡Tenía que evitar que su hijo acabase en la cárcel!

Pero la culpa invadía al fiscal con el paso de los días y cada vez que se encontraba con Ilgaz y Ceylin, se le caía la cara de vergüenza. Por eso, escribió una carta de despedida para sus hijos en la que confesaba que no merecía seguir viviendo. Por suerte, su hermana Makbule la encontró, la llevó a comisaría e Ilgaz pudo intuir las intenciones de su padre.

Metin ha ido hasta la tumba de su mujer para quitarse la vida a su lado. Justo en el momento en el que saca la pistola y se apunta a la cabeza… ¡Llegan Ilgaz, Pars y Eren! Ellos le piden que pare, pero él se niega a escucharles: “Se acabó”.

Ilgaz le dice a su padre que ya sabe toda la verdad y Metin intenta justificarse diciendo que era la primera vez que le tendía la mano Çinar y que sentía que nunca había actuado como un buen padre con él. “Tenía miedo de que acabara como su abuelo y eso es justo lo que ha pasado”, segura.

A pesar de los intentos de Ilgaz por frenar a su padre… ¡Metin decide apretar el gatillo! Por suerte, la pistola no tenía balas… ¡Merdan había sospechado lo que planeaba su hijo y la había vaciado! Ilgaz no puede evitar abrazar a su padre al ver que sigue con vida. ¿Podrá perdonarle lo que ha hecho?