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Madrid 2013: María, bajo su identidad de Mercedes Dantés, tiene estudiado minuciosamente el recorrido diario de Enrique y ha llegado el día elegido para atentar contra él. Todo está calculado. Todo, menos que Pablo la intente detener en el último momento, y que Enrique salga de su coche acompañado de la persona que menos se imaginaría María: Pablo.

Madrid 2001: María ha desaparecido. Nadie sabe dónde ha ido. Juan y Pablo desconfían del mail de despedida que María ha mandado a su familia. Piensan que le ha pasado algo y que Enrique está detrás. O tal vez Amparo, a la que interrogan varias veces y espían minuciosamente con la cámara de Pablo, en busca de algún paso en falso. Pablo se pone a buscar rastros de tarjetas o vuelos a nombre de María, pero  no encuentra nada. Hasta que llega un mensaje pidiendo ayuda al móvil de Juan. ¿Será de María? Hay que localizar esa llamada.

Mientras tanto María está desesperada intentando escapar de la casa de Salim donde está recluida, como prostituta de lujo. Curro la ha vendido al mejor postor. Está viva, pero no lo tiene nada fácil, porque sólo entregándose sexualmente va a poder sobrevivir allí, por lo que accede muy a su pesar. Amparo, por su parte, se ha ido quedando con la casa y con la vida de María, y sigue seduciendo a Bruno como parte de su plan de ambición. Bruno se deja hacer pues para él, estar con Amparo es como estar un poco con María.

Enrique que va a empezar su carrera política, se da cuenta de que no bastaba con deshacerse de María, y ahora, con la ayuda de Bruno, va a ir a por Pablo y a por Juan. ¿Qué pasará cuando Enrique y Amparo sepan que María aún vive? ¿Encontrará Juan a María a tiempo? ¿Qué hará Enrique para pararles los pies a Pablo y a Juan?

 

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