Don Pedro paga una gran cantidad de dinero a Górriz para que se marche de la empresa y no entorpezca en sus planes

Cuando Joaquín se planteó bajar los suelos a los trabajadores para así poder hacer frente el proyecto del balneario, don Pedro aprovechó la situación.

Pagó en secreto a Górriz, uno de los empleados de la fábrica, para que difundiese falsos rumores sobre Joaquín y así crear malestar entre los rabajadores.

Así, poco a poco se iría acercando para arrebatarle la dirección de la empresa.

Tras la muerte de Jesús, don Pedro sabe que Górriz se reunió con el De la Reina horas antes de morir y queda con él para interrogarlo.

No quiere que nadie sepa que ese hombre cumplía sus órdenes y Don Pedro toma una decisión tajante: deshacerse de él para que no entorpezca sus planes.

Le paga una gran suma de dinero y Górriz acepta a marcharse de la empresa, así nadie podrá acusarle de una posible implicación en la muerte de Jesús.