Joaquín deja a un lado su orgullo y se deja aconsejar por Gema: “No quiero seguir sintiendo que soy menos que nadie”

A Joaquín le hizo mucha ilusión que su hermano Luis, finalmente, quisiese seguir adelante con el proyecto del balneario de su padre. Aunque sabían que no lo iban a tener nada fácil, estaban dispuestos a hacer todo lo posible por ponerlo en marcha.

El primer paso era comprar los terrenos y, para ello, debían contactar con su dueño, Ricardo Peralta. Casualmente, Gema había conocido a su sobrina en sus escapadas a Madrid y le ofreció a su marido la posibilidad de hablar con ella. ¡Pero él se negó rotundamente! No quería que su proyecto se vinculase con la doble vida que su mujer llevó en su día.

Durante la cena, Joaquín le comenta a su madre y a su hermano que le ha sido imposible contactar con Peralta, algo que a ambos le apena. Cuando se levantan de la mesa, Gema le pregunta a su marido que por qué sigue empeñado en rechazar su ayuda y él parece reflexionar sobre ello.

“No quiero seguir sintiendo que soy menos que nadie”, le confiesa Joaquín a Gema. El mayor de los Merino se da cuenta de que no quiere seguir viendo a su madre y a su hermano pasándolo mal y le pide a su mujer que lo acompañe a ver a Peralta. ¿Conseguirá convencerlo para que le venda sus tierras? ¿Harán las paces él y Gema?