María le pide a Begoña que hable con Andrés para que le ayude a convencerlo y reconozca a su bebé

El mundo de María se ha desmoronado. Andrés ya sabe que él no es el padre del hijo que espera.

El joven le ha prometido, a la que todavía es su mujer, que no le faltará ayuda económica, pero que nunca podrá perdonarla ni darle su apellido a ese bebé que no es suyo.

María busca consuelo en Damián y al no encontrarlo, decide dejar su orgullo a un lado para pedirle ayuda a Begoña.

Sabe que ella es la única persona que puede hacer que Andrés recapacite y le de su apellido a su hijo. Si no lo hace, tanto ella como su bebé serán repudiados por la gente.

Además, le pide que le ayude a convencerlo para que no le eche a la calle como a una apestada.

Sin embargo, Begoña no puede más. Esta vez no piensa mover un dedo para ayudar a María.