A mediados de siglo XIX surge un primer conflicto entre España y el sultanato marroquí con la victoria de las tropas españolas. Ante la derrota de las tribus, es el sultanato quien cede a España el territorio costero del norte de África. De esta forma es como nace el protectorado español en el que queda englobado las zonas de Ceuta y Melilla, así como los peñones de Alhucemas o Vélez.

La pérdida de los territorios terminó en una rebelión interna entre la población marroquí y a la posterior aparición de los rifeños. Estos ciudadanos pertenecen a la zona del Rif, rodeados por el mar mediterráneo y la cordillera del Atlas, lo que hacía que tuvieran un sentimiento de independencia social y cultural del sultanato y España. Este grupo quedaba organizado en cabilas, un grupo familiar formado por un conjunto de familias.

Las cabilas reaccionaron ante la ampliación de las defensas de Ceuta y Melilla que coincidieron sobre uno de los puntos del cementerio rifeño en Sidi Guariach. Fue entonces cuando se inició la guerra que terminó con la afianza de posiciones españolas.

Los rifeños no aceptaban estar sometidos ni ser controlados por el sultán y mucho menos por la presencia extranjera. Por esos motivos en 1903 surgió una rebelión en el Rif, encabezada por el rebelde Mohamed el-Yusfi que desafió la autoridad del sultán. Cedió a España y Francia la explotación de los yacimientos de plomo y hierro y por eso estalló una rebelión interna que terminó con el derrocamiento del líder.

Durante el 16 de enero y 7 de abril de 1906 se trataron los problemas en los que se encontraba el protectorado español y el francés. El objetivo era solucionar lo que se conocía como la primera crisis marroquí y que fue provocada por la visita del Kaiser Guillermo II de Alemania que buscó la creación de una conferencia para esclarecer la situación colonial de Marruecos.

Francia y España entablaron relaciones con el nuevo sultán para solucionar los problemas de las obras del ferrocarril minero. Mientras, España mandó tropas a la zona por miedo de que Francia mandase a sus tropas y se diese así una visión de debilidad del país peninsular. Al final se consiguió reanudar las obras pero sin el consentimiento de las cabilas rifeñas que cumplieron sus amenazas de atacar, provocando en 1909 las primeras bajas entre los obreros españoles del ferrocarril.

La guerra de Melilla fue un primer aviso para España que se encontraba totalmente desprovista, mal armada y con tácticas antiguas. Todo esto se ve en el desastre del Barranco del Lobo, lo que fue un combate para dominar las zonas cercanas al monte Gurugú y que terminó con la reunión entre los cabileños y Marina para negociar la paz.

En este momento de los hechos, el Mizzian murió, lo que supuso el fin de la campaña del Kert. Pero los rifeños estaban ansiosos de destronar a los españoles y más cuando se dio la oficialidad al protectorado español con el Tratado de Fez.

Tras la conferencia en 1912 se firmó el Tratado de Fez donde quedaron formados el Protectorado español de Marruecos en el norte y el Protectorado francés de Marruecos en el sur.

Con un nuevo líder la guerra se trasladó a Yebala donde las harkas empezaron a luchar, causando cientos de bajas, hasta que hubo una respuesta por parte del ejército español. Dentro de estos primeros cuatro años se luchó por proteger la franja Larache-Alcazarquivir donde se vio a un ejército mal provisto, con material anticuado y estrategias viejas.

En 1920 se consigue una estabilidad en Yebala y el Rif occidental al mando del general Berenguer como alto comisario y de Fernández Silvestre como Comandante General de Melilla. Estos dos pronto se fijarán en el Rif oriental para su conquista, ya que es en esta zona donde estaba la cabila de Beni Urriaguel donde estaba el Abd el-Krim el Jatabi, un rifeño que nació en Axdir y que traicionó a Europa.

En mayo 1921, Silvestre empezó una operación para alcanzar la bahía de Alhucemas y entrar en Beni Urriaguel, la cabila más poderosa del Rif oriental. Salió de la plaza de Melilla con toda la capacidad militar, dejando solos y sin provisiones a la ciudad ya que estaba plenamente convencido de que iban a salir victoriosos de esta guerra.

El 22 de julio se inicia el llamado “Desastre de Annual” cuando existía en el territorio un total de 8 campamentos y 114 posiciones. A unos 10 km del Monte Abarrán, cerca de Annual, Silvestre estableció el campamento y cuando tuvo el permiso de Berenguer empezó a mover las filas de defensa por Abarrán, Igueriben y otras posiciones. Pero, enseguida se da la orden de retirada y es en este momento cuando los rifeños empiezan a atacar.

El 9 de agosto de 1921 termina el combate con una desastrosa derrota. Los rifeños empezaron a avanzar y los españoles solo tenían dos opciones, o abandonar o morir. El desastre ya se estaba produciendo, los mandos huyeron dejando a las tropas sin un dirigente, Silvestre murió… Annual se había saldado 14000 vidas españolas y 4000 pertenecientes a las harkas y Policía Indígena. Fue el peor desastre militar de la guerra desde el Barranco del Lobo.

Cuando pasó el tiempo el general Picasso fue a Melilla para redactar un informe para analizar el desastre y poner cara a los responsables. Supuso un análisis de la situación llegando a establecer desde las muertes, hasta los responsables, cobardes y malas acciones por parte de las tropas y de la oficialidad.

Expediente Picasso

En septiembre de 1921 se proclamaba la República Rifeña, con capital en Axdir y se declaraba rebeldía contra España. El líder rifeño logró la unión de las cabilas internas y fue a la Sociedad de Naciones y a Tánger a por abastecimiento de armas. Ante estos movimientos, España tuvo que mandar provisiones.

Tras Annual la situación española en el Rif oriental era devastadora, Melilla estaba cercada y las cabilas enemigas cerca del Gurugú y Nador. Pero a finales del 21 consiguen reorganizar el ataque y avanzaron hasta el Kert, tomando de nuevo el Monte Arruit, Zeluán y Dar Driuss.

Esta situación se prolonga hasta 1924, cuando las cabilas del Abd el-Krim tomaron Xauen y amenazaron Tetuán, poniendo a España en una situación de doble frente de batalla. Fue entonces cuando Francia decidió intervenir de forma militar en la zona norte de su territorio, coincidiendo con la ofensiva que lanzaron los rifeños para tomar Fez en 1925.

Otra de las batallas de los españoles en el Rif fue cuando organizaron un desembarco en la Bahía de Alhucemas en 1925 para cercar al Abd el-Krim y así tomar Axdir, su capital, poniendo fin al conflicto. La operación supuso el desembarco de 13.000 soldados españoles venidos de Ceuta y Melilla al mando del general Miguel Primo de Rivera y como jefe ejecutivo de las fuerzas, el general José Sanjurjo.

El desembarco de Alhucemas fue todo un éxito y permitió en 1926 lanzar las últimas operaciones para controlar Beni Urriaguel. Todo terminó con la entrega del Abd el-Krim a los franceses por miedo al juicio de los españoles.