Suna y Abidin, un cruce de miradas que lo dice todo en Una nueva vida

Suna se siente despreciada por su padre y su tía desde que perdió la oportunidad de casarse con Ferit tras el incidente con el café que cambió su destino para siempre.

Su único respaldo es su madre, Esme, puesto que desde que su hermana Seyran no está con ella en casa, Suna se siente completamente sola.

Kazim, su padre, no ha dejado de menospreciarla desde el incidente, presionándola cada vez más para que tenga otra oportunidad de casarse con un hombre adinerado. Su único objetivo ha sido enriquecerse a expensas de los futuros maridos de sus hijas; la felicidad de Seyran y Suna es lo último que le preocupa.

De camino a casa, Kazim ha pedido a Abidin hacer una parada en una gasolinera. Mientras el patriarca de los Sanli ha ido a comprar unas cosas, Suna se ha quedado a solas en el coche con Abidin. La mano derecha de Ferit le ha preguntado si quiere algo de la tienda, y Suna se ha quedado impactada. ¡Hacía tiempo que nadie se preocupaba por ella!

Abidin, al ver su expresión, le ha preguntado si le ha molestado. Sin embargo, Suna le ha confesado que nunca se había sentido tan atendida. Sus miradas se han cruzado a través del espejo del coche, diciendo más que mil palabras juntas.

Sin darse cuenta de que sus sentimientos lo estaban guiando, Abidin le ha dicho que espera que se quede en Estambul. La joven, sorprendida, se ha quedado sin palabras.

Para salir del paso, Abidin le ha mentido al decir que es para que Seyran se adapte mejor y se sienta más arropada. Sin embargo, sus ojos han delatado su verdadero sentimiento: ¡se está enamorando de ella!