Suna contiene las lágrimas al probarse un vestido que no puede comprar: “Es una pena”

Kazim, el patriarca de los Sanli, está obsesionado con las apariencias. A pesar del esplendor que en su día tuvo la familia, su mala gestión y vicios han llevado a la familia a la ruina. La única salida que ha encontrado es casar a sus hijas con hombres adinerados para asegurarles un futuro prometedor.

Por eso, las ha ordenado ir a las mejores tiendas de la ciudad para que la gente admire su clase social y sean vistas por los ricos herederos. Sin embargo, su verdadera intención… ¡Es no gastar nada!

Suna y Seyram son conscientes de la realidad que viven. Cuando Suna se prueba un elegante vestido verde en una de las boutiques más lujosas, no puede evitar las lágrimas al darse cuenta de que nunca podrá tener algo tan hermoso. “Es una pena, pero ahora me lo cambio”, le ha dicho a su hermana.

La pequeña de los Sanli no ha dudado en decirle a su hermana lo guapa que estaba, pero ha echado rápidamente a la dependienta, evitando así cualquier conversación que pudiera resultar en una compra que no pueden permitirse.

El corazón de Esme se rompe de pena cada vez que sus dos hijas deben vivir algo así. ¿Cuánto más soportarán la situación?